La carretera es capaz de conectar destinos,unir vidas y cobrar la muerte.
El calor me abraza y me quema.
Me funde la piel e irradia lo debil que es mi ser.
Tan frágil de destruir y tan valiente que mi entorno es.
Porque entre los troncones que envuelve tu cuerpo no pienso en lo ilegal de la situación, ni como falla mi cordura ni los gritos que sordean mi entorno.
Te veo.
Miro tu cuerpo esparcido en mi campo de visión.
Y tu pulso ruidosamente quieto.
Porque en tu mirada veía la vida tan cara que enfrentaste.
Los desprecios de quien debia amarte, y una bolsa de limones que marcaba tu regreso.Una comida caliente.
Y unas botas negras que descansan sobre el lomo de la yegua que solo montabas.
En mis tardes más tranquilas, pensar en aquel hombre que llegaba a casa con deseo fugaz de una sonrisa me daba la valentía que hay vidas peores que la mía.
Más sufriles y caóticas que una pelea de tarde con mi padre.
Admirable seas.
Y eterno respeto te rindo.
Aquel que ahora cuida el cielo y juega de la mano con toda su familia reunida.
Descansa
Que si algún día la dicha de la vida me permite reencontrarte, te relataré el trascurso de este tren de la vida.
Y como espero verte descansar sobre una nube blanca.
Y no en el cobrizo suelo debajo del trailer que detuvo el freno de tu última parada.
Recordar aquello que pensabas enterrado es revivirlo con la misma fe que la primera vez.