Por más que te aborrezco,sigues siendo mi talón de Aquiles.
Calma...
Me calmas el alma.
El viento mi risa arranca, risas de las que eres culpable.
Eres magnético para mi cuerpo.
Versátil para conversar.
Enérgico para mi sistema.
Y trágico para mi ser.
Maldito para mi alma.
Punzante para mi corazón.
Y fugaz para pertenecer a mi.
Mi anhelo de la idea de ti me consume.
Las expectativas de verte me carcome.
Tu presencia me bendice cada día.
Y siempre me produce alegría.
Que error el mio.
Tan desgraciada he ilusa de ti me encuentro.
Tu voz me suena a consuelo.
Al tiempo que me maltrata por dentro.
Ojalá poderme arrancar el sentimiento del pecho.
Me tortura tu presencia.
Frustras mi existencia.
Aspiro que te marcharas pronto.
Déjarme en libertad.
Soltarme el corazón.
Porfavor.
Porfavor .
Porfavor que esto fuera real.
Ojalá me retuvieras.
Ojalá si me quisieras.
Que no fuera mi mente la que en realidad me encarcela.
La que me hace creer que si existe algo más allá de sus propias aspiraciones.
De sus propios deseos.
De sus propios intereses.
Amaría que te importara, y los anhelos no fueran solo el reflejo de mi corazón.
Pasare de ti, lose.
Pero no cambia la duda de saber, ¿hasta cuando mi querida musa?.
Se me atoran las palabras para describir el sentimiento que me causa la musa de este poema.
Porque solo nublas mi juicio?
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